Al reírnos nos desprendemos de lo que nos duele o tortura. La risa crea una distancia con nuestros propios conflictos y libera los nudos. Es como el estornudo, rápido y liberador.
Cada ser humano es forjador de sí mismo, en virtud de los pensamientos que
escoge y estimula; que la mente es la fábrica maestra que teje las ropas que
viste tanto en lo profundo del carácter como en lo externo de las
circunstancias, y que si hasta ahora hemos tejido ignorancia y sufrimiento
podemos tejer iluminación y felicidad.
Como lluvia fresca que empapa la tierra, nuestras palabras dejan huella... Si son amables, los ecos que escucharemos también lo serán. Cuida tus palabras... ellas tienen poder. De ti depende si las usas para bien o para mal...