El mirar sirve en primer lugar
para nuestra seguridad corporal,
la observación empieza
allí donde concluye el mirar;
conduce a disfrutar de las “imágenes” descubiertas por la mirada.
Como lluvia fresca que empapa la tierra, nuestras palabras dejan huella... Si son amables, los ecos que escucharemos también lo serán. Cuida tus palabras... ellas tienen poder. De ti depende si las usas para bien o para mal...