Somos sembradores conscientes, repartimos diariamente millones de semillas a nuestro alrededor. Que podamos escoger siempre las mejores, para que al recibir la dádiva de la cosecha justa, tengamos siempre motivos para agradecer.
Como lluvia fresca que empapa la tierra, nuestras palabras dejan huella... Si son amables, los ecos que escucharemos también lo serán. Cuida tus palabras... ellas tienen poder. De ti depende si las usas para bien o para mal...